Algunas ideas para incrementar el negocio a partir de los cambios de hábitos y preferencias de compra de consumidores en la región.
Hay más cautela con los gastos y una apertura para probar marcas de menor precio o con una relación precio-calidad diferente.
La penetración de marcas blancas y privadas en América Latina indica que existen oportunidades para incrementar su participación y relevancia en el mercado, según un artículo de la consultora internacional EY Parthenon.
Por lo pronto, en América Latina existe una alta disposición del consumidor para adquirir productos de marcas blancas y privadas.
Por lo tanto, es de vital importancia entender las implicaciones de las marcas blancas y privadas y establecer una ruta para aprovechar con éxito sus oportunidades en América Latina.
El surgimiento de las marcas blancas y privadas en Estados Unidos y Europa ocurrió hace más de 20 años. Desde entonces, el mejoramiento de la percepción de los consumidores permitió alcanzar un crecimiento sostenido.
En 2020, el impacto económico del Covid-19 aumentó su importancia, ya que las personas cambiaron sus hábitos y preferencias de compra.
Este tipo de marcas no sólo incluye productos genéricos que atraen a consumidores que buscan precios bajos, sino también artículos innovadores o de categoría prémium que les permiten diferenciarse y generar lealtad hacia los fabricantes o los establecimientos comerciales (retailers) encargados de venderlos.
Lealtad
Históricamente la adopción de marcas blancas y privadas en América Latina fue más lenta en comparación con las tendencias en Estados Unidos, Europa y Asia.
Las marcas blancas y privadas modificaron la naturaleza de las relaciones entre los fabricantes de productos de consumo y los retailers.
Hoy, existen situaciones donde ambos compiten por la lealtad de los consumidores, lidian para acceder a los datos de las personas, rivalizan para lanzar nuevos productos e innovaciones y, por lo tanto, comparten una proporción diferente de los ingresos, costos, gastos y márgenes, en comparación con lo visto hace algunos años.
En este contexto, tanto fabricantes como retailers deben revaluar sus aspiraciones, sus portafolios de productos y marcas, sus presupuestos promocionales, sus planes de mercadotecnia y precios, su capacidad y sus costos de producción, así como su nivel de integración para ganar en el mercado, proteger su rentabilidad y asegurar la sostenibilidad a largo plazo.
Según EY-Parthenon, los consumidores latinoamericanos están siendo más cautelosos con sus gastos y están abiertos a probar marcas de menor precio o con una relación precio-calidad diferente (por ejemplo, productos de menor costo con funcionalidades similares o ligeramente distintas).
La organización también identificó que estos consumidores están haciendo sus compras en puntos de venta cuyo formato se está volviendo más relevante y son más conscientes de la relación precio-valor de los productos que adquieren.
El rápido crecimiento de las tiendas de descuento —incluso por encima de los retailers—, incrementó la demanda y la presencia de marcas blancas y privadas en su anaquel físico y virtual.
Como resultado, existe un surgimiento de este tipo de marcas en categorías que van desde lácteos, snacks, bebidas alcohólicas, pastas y postres, hasta productos de limpieza, aseo personal, medicamentos y agua embotellada.
Después de analizar la tendencia histórica en otros países, la dinámica actual del mercado retail y el comportamiento de los consumidores, EY-Parthenon considera que las marcas blancas y privadas llegaron a América Latina para quedarse, lo que se traduce en desafíos y oportunidades significativos para los jugadores.