Las marcas se enfrentan a la presión del cambio en los hábitos de consumo en una época de infinitas opciones.
Muchas personas cuestionan su lealtad a productos reconocidos y optan por marcas blancas o emergentes.
Los consumidores están reevaluando sus opciones, lo que obliga a las marcas a demostrar su valor. Para ellas, generar lealtad es más difícil que nunca, según un estudio de la consultora la consultora EY.
Los consumidores priorizan cada vez más el precio, la calidad y la confianza sobre la familiaridad con la marca. Un 35 % ya no considera las marcas un factor importante en sus decisiones de compra. Esta creciente ambivalencia indica un cambio: las marcas deben recuperar su relevancia y demostrarlo.
A su vez, los consumidores están replanteándose el papel que desempeñan las marcas en sus vidas. Muchos se preguntan si realmente ofrecen un mejor valor o si las alternativas, en particular las marcas blancas, ofrecen más por menos.
La fidelización se volvió más fluida, y las plataformas digitales facilitan buscar nuevas opciones, comparar y cambiar de proveedor.
Visiones
El desafío se complica aún más por el hecho de que los esfuerzos por agregar valor no siempre dan resultados. Si bien las marcas intentan innovar, el 42% de los consumidores cree que las “mejoras” que ven en el mercado son simplemente recortes de costos disfrazados. Solo el 26% tiene una opinión positiva al respecto. Solo el 12 % de los consumidores está totalmente de acuerdo en que el mensaje de la marca se conecta con sus necesidades y valores.
La inversión necesaria para llegar a los consumidores y convertirlos está aumentando, pero obtener un retorno sólido es más difícil que nunca.
Peor aún, la inflación de precios está dañando la confianza y disminuyendo el valor de la marca. Cuando los consumidores se sienten perjudicados, buscan otras opciones, lo que debilita el valor de la marca y acelera la transición hacia alternativas más económicas.
Sin embargo, incluso en estos tiempos difíciles, las marcas aún pueden tener un gran atractivo, y aquellas que se adaptan logran mantenerse firmes. El 65 % de los consumidores aún considera importantes las marcas, así que la puerta no está cerrada. Pero las marcas deben reforzar su relevancia, no depender de su pasado.