Las redes sociales están redefiniendo la forma de comprar y también impulsan nuevas preferencias, como las marcas blancas.
El crecimiento del social commerce no solo está transformando la manera en que las marcas se conectan con los consumidores, sino que también está dando lugar a nuevas dinámicas en el comportamiento de compra. Entre ellas, destaca el auge de las marcas blancas, que encuentran en las plataformas sociales un terreno fértil para competir de igual a igual con firmas tradicionales.
Según el informe de Elogia, el 45% de los usuarios ya utiliza redes sociales para informarse sobre productos antes de comprar. Esta tendencia, combinada con el poder de formatos como el live shopping, el checkout in-app y el contenido generado por los usuarios, redujo la barrera entre grandes marcas y alternativas más accesibles, muchas de ellas propias de cadenas de retail.
Plataformas como TikTok, Instagram o YouTube no solo visibilizan productos de alta gama, ahora también se convirtieron en vitrinas digitales para marcas blancas, que ganan espacio gracias a reseñas, recomendaciones y videos que priorizan la experiencia real del consumidor sobre el peso del branding tradicional.
Este cambio también responde a un consumidor más racional, que valora la relación precio-calidad y busca referencias sociales antes de tomar una decisión. El 90% de los usuarios de redes consume videos, especialmente en formatos breves como reels y shorts, donde las marcas blancas pueden destacar sin necesidad de grandes presupuestos publicitarios.
Durante 2025, se prevé una mayor consolidación de estas dinámicas. La integración del social commerce con estrategias de datos de primera mano, inteligencia artificial y programas de afiliación permitirá a las marcas –blancas o no– optimizar su llegada a públicos cada vez más segmentados y exigentes.
El desafío para las marcas tradicionales será mantener su valor diferencial ante un consumidor cada vez más dispuesto a experimentar, comparar y elegir productos fuera del circuito de nombres conocidos. En este nuevo ecosistema digital, la autenticidad, la conveniencia y la visibilidad social se imponen como los verdaderos factores de decisión.